Los españoles somos muy propensos a exagerar y a hablar a lo borrico, en especial para amenazar. Así pues, no es raro oír: "te voy a dar hasta en el carné", "tienes una patada en los morros" o "te vas a llevar hondonadas de hostias". Y dicha esta última frase nos quedamos tan frescos y con una gran satisfacción, porque, no lo vamos a negar, esa sensación de llenarte la boca con la palabra hondonada te da brío y poderío. Pero el error es garrafal.
Una hondonada es simple y llanamente un terreno hondo (bueno, quizá no llanamente). Quizá es que algunos son tan bruticos que cuando dicen que te dan una "hondonada de hostias" es que te van a hundir en el suelo, vaya usted a saber. Sin embargo, para ser gentiles con nuestro bonito idioma es hora de rescatar el término correcto que no es otro que "andanada".
La andanada era originalmente la descarga de los cañones de un buque, es decir, un ataque a gran escala y con enorme poder destructivo. Metafóricamente se recogió este término para trasladarlo a un lenguaje más de calle. Así, ya no llovían balas sino improperios o puñetazos. Pero con el transcurrir de los días la palabras ha acabado en bocas con mortadela hasta los bornes que han mutado la dicción original.
Así que ya sabéis, la próxima vez que amenacéis a alguien es el momento de lanzar una descarga de hostias en forma de andanada y no, por favor lo pido, una hondonada de ostias, porque esto sería un hoyo a rebosar con el cuerpo de Cristo.
En resumen:
Hondonada - Terreno hondo
Andanada - Descarga de cañonazos o, figuradamente, hostias
Una hondonada es simple y llanamente un terreno hondo (bueno, quizá no llanamente). Quizá es que algunos son tan bruticos que cuando dicen que te dan una "hondonada de hostias" es que te van a hundir en el suelo, vaya usted a saber. Sin embargo, para ser gentiles con nuestro bonito idioma es hora de rescatar el término correcto que no es otro que "andanada".
La andanada era originalmente la descarga de los cañones de un buque, es decir, un ataque a gran escala y con enorme poder destructivo. Metafóricamente se recogió este término para trasladarlo a un lenguaje más de calle. Así, ya no llovían balas sino improperios o puñetazos. Pero con el transcurrir de los días la palabras ha acabado en bocas con mortadela hasta los bornes que han mutado la dicción original.
Así que ya sabéis, la próxima vez que amenacéis a alguien es el momento de lanzar una descarga de hostias en forma de andanada y no, por favor lo pido, una hondonada de ostias, porque esto sería un hoyo a rebosar con el cuerpo de Cristo.
En resumen:
Hondonada - Terreno hondo
Andanada - Descarga de cañonazos o, figuradamente, hostias
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