Gracias a Men´s Health por ser la mejor revista para hombres. Mucho de sus artículos son leídos por cantidad de internautas y asiduos a la revista.
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Nunca dejes de experimentar
La sensibilidad del cuerpo femenino cambia a medida que el nivel de excitación aumenta. "Experimenta y desanda lo andado para que, en lugar de fijarte en un punto en particular, visites con cierta frecuencia varios puntos sensibles", aconseja Susan Quilliam. Propón unos códigos sencillos que ella pueda usar: por ejemplo "arriba" o "abajo" para que te indique dónde poner la mano. O también puedes preguntarle: "¿Cuánto placer te da esto, del 1 al 10?", y entonces variar la presión.
Ella necesita esa distracción
Durante el sexo, muchos hombres tienden a centrarse casi exclusivamente en el clímax que está por llegar mientras que la mente femenina a menudo divaga con fantasías. Para llegar al orgasmo, ella tiene que despejar la cabeza y desactivar el centro del miedo del cerebro. "La fantasía sexual es una especie de ensoñación que permite al individuo escapar brevemente de la realidad, imaginando situaciones sexuales que nunca va a vivir o que le gustaría llevar a cabo en algún momento de su vida", señala Sergio Pérez Serer, sexólogo de la Clínica de Sexología y Psicología Pérez-Vieco en Valencia. Ayúdale a liberarse creando una fantasía erótica antes de entrar en materia. Luego podéis susurraros frases provocativas el uno al otro, creando una historia en la que ella pueda perderse.
Deja que ella tome el control
En casi todas las culturas, el hombre es quien manda en el sexo. Mal. En realidad, es herencia de nuestra sociedad patriarcal. Súmale el hecho de que "la sexualidad de una mujer es mucho más completa, lo que hace que sea difícil de entender", tal y como afirma la Doctora Anna Puigvert, andróloga y co-directora del Instituto de Andrología y Medicina Sexual de Barcelona. "En la sexualidad de la mujer hay un componente emotivo, psicológico y afectivo mucho más importante que en el hombre". Deja que controle el ritmo y la intensidad (ya sea al principio o en todo momento, según el estado de ánimo), y sabrás lo que más le gusta. Cuanto más disfrute ella, mejor para ti. Dile que se ponga encima: podrá elegir entre muchas posiciones (de cara o de espaldas a ti, incluso sentada encima de ti con las piernas cruzadas). Créenos: puedes aportar mucho siendo un objeto inmóvil.
Se obtienen distintos resultados tocándola de distintas formas
El clítoris, la vagina y la uretra están interconectados, y los investigadores creen que estimulando cualquiera de estas zonas se puede aumentar la excitación general. Quilliam sugiere ampliar el radio de acción y juguetear con lo que algunos llaman el punto U, una zona entre el clítoris y la vagina, cerca de la entrada de la uretra. Realiza movimientos circulares suaves con el dedo. Y hazle caso a tu nariz. "El olfato es muy importante en una relación sexual y uno de los principales órganos en el que debemos basar nuestra sexualidad", aconseja Puigvert. "Es el órgano sexual que no se ve". Utiliza aceites íntimos. "Tienen una función primordial porque estimulan dos órganos al mismo tiempo: la piel y el olfato". Haz con ellos una serie de masajes por todo el cuerpo, no solamente en el área genital.
Quita el pie del acelerador
Retirarte cuando ella está cerca del clímax y reanudar la tarea a continuación puede potenciar su orgasmo. "La incertidumbre aumenta la excitación psicológica", observa Quilliam. Pídele que te diga cuándo está a punto de llegar y entonces para y dedícate a besarla durante unos minutos en otras partes de su cuerpo. Repite varias veces la operación. No tengas miedo de estropearlo. La excitación tarda entre 5 y 10 minutos en desaparecer. Aunque ella piense que se ha enfriado, probablemente puedas conducirla de nuevo por la buena senda. Que no se diga.
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